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Contenido Intencional – el tercer pilar del aprendizaje invertido

Contenido intencional

La semana pasada en las sesiones de actualización del CEDDIE en el campus Morelia, platicamos sobre Flipped Learning, y resultó sumamente interesante el tema del tercer pilar: el contenido.

Por un lado los videos que elaboramos para nuestros alumnos. No necesitan ser videos de contenido o temas del curso, y Ken nos ha dado cátedra, ofreciendo videos introductorios que nos llevan de la mano para realizar nuestro trabajo de la semana, pero además tenemos referencias de otros sitios a donde podemos acudir para revisar el material que corresponde a la semana.Nos podemos convertir en «curadores» de contenido en video, utilizando herramientas que nos permiten agregar un quiz o una encuesta sencilla en algunos puntos, para promover la reflexión o revisar si se comprendió el tema.

Es importante actualizar constantemente los contenidos, y seleccionar adecuadamente el nivel de dificultad, ya que como varios profesores comentaron, sería incorrecto intentar que los estudiantes resuelvan problemas para los cuales no los hemos preparado debidamente. Cada profesor conoce su materia, por lo que puede seleccionar el contenido más adecuado para ofrecer a sus estudiantes ese background necesario para iniciar en un tema nuevo. Esta es la parte más profunda, en donde debemos centrarnos para lograr los objetivos de aprendizaje de los que hemos hablado anteriormente, ya que hay que determinar qué queremos enseñar, o qué deben aprender nuestros chicos, qué conocimientos, habilidades y competencias queremos trabajar con ellos.

Cultura de aprendizaje – Segundo pilar

¿Cómo desarrollar la cultura de aprendizaje en mis alumnos? ¿se puede lograr tal cosa? ID-100207077
Me parece que debemos partir desde la idea de «crear en el estudiante la necesidad de aprender«.

Una preocupación que surge cuando se implementa Flipped Learning es si nuestros alumnos realmente van a realizar las tareas asignadas, ya sea leer, revisar un tutorial o ver algún video, y seguramente las primeras veces la mayoría no lo hará.
La clave aquí reside en la firmeza, ya que si dedicamos tiempo a explicarles el tema, menos se molestarán en revisar el siguiente.

En la medida que ellos comprueben que ya no habrá explicación por parte del profesor, y que si no revisan el material la próxima vez pasará lo mismo que hoy: no tienen idea de lo que hablan los demás o de cómo resolver el ejercicio, entonces surgirá esa «necesidad de aprendizaje».

Tal vez lleve una semana o dos… o más; y será igualmente difícil para nosotros cambiar la dinámica «tradicional», pero al final será muy satisfactorio, ya que entonces podemos hablar de que el alumno «toma el control de su propio aprendizaje».

Flexibilidad

Vaya tema… surgieron muchas preguntas, y a casi todas las responde el temido: «depende» ¿pero depende de qué? … del estilo y personalidad del profesor… del grupo, de la materia…  Después de la sesión de preguntas y respuestas de Ken, de las charlas con varios profesores y soaulabre todo, de vivirlo «en carne propia», puedo llegar a varias conclusiones:

La flexibilidad en el aula no debe afectar la calidad educativa, al contrario, se debe enfocar en lograr los objetivos de aprendizaje sin límites de lugar, tiempo y espacio.
No se trata de ser permisivos, sino de promover que el estudiante regule su proceso de aprendizaje. ¿Cómo? Estableciendo reglas. Que el alumno tenga claras sus opciones y ventajas: tiene dos semanas para entregar, ok, pero hay más actividades… si entrega pronto, tendrá retroalimentación y tal vez otra oportunidad para entregar su trabajo mejorado, de lo contrario se acumulan los pendientes.

Y sobre todo debemos flexibilizar nuestra mente… permitirles aprender, guiarlos sin pensar que necesitamos ser nosotros directamente quienes implantamos el conocimiento a nuestros alumnos. Las fuentes son casi infinitas, debemos mostrarles cómo llegar a ellas.

De lleno con Flipped Learning

El verano pasado escuché por primera vez sobre éste tema… de inmediato me fui a Internet a buscar qué significaba.
Y llegué a Ken Bauer, del campus Guadalajara que estaba ofreciendo un curso para profesores del Tec. Me agregué al grupo de Facebook y aunque no estaba inscrita en el taller formal, me aventuré a intentar implementar una unidad de una materia, utilizando ésta técnica didáctica.

Lo primero que hice fue analizar qué materia iba a elegir y por cuál tema empezaría. La creación de algoritmos es un tema crucial para los chicos de Introducción a la computación, así que decidí crear algunos tutoriales con ejercicios básicos utilizando Screencast-o-matic, en los que daba una introducción al uso de Progranimate y resolvía algunos ejemplos de los primeros temas.

El siguiente paso fue -el primer día de clase- explicar a los alumnos que estaríamos experimentando, y cómo íbamos a trabajar: ellos revisaban el material en su casa y resolvíamos ejercicios similares en clase.

La dinámica fue muy buena, y el experimento funcionó. Ellos captaron muy bien cómo solucionar problemas en diagramas de flujo utilizando Progranimate, a pesar de que le dedico menos tiempo que a otros temas, como programación en lenguaje C. Cuando realizábamos un programa, pedían hacerlo en diagrama de flujo «por que es más fácil», cuando en otros semestres cuando vemos programación, ya se les olvidó como resolvían el mismo problema en diagrama… es complicado, tal vez los profes que hayan dado ésta materia me comprendan.

Me habría gustado crear material también para Lenguaje C, pero éste semestre no estoy impartiendo esa materia… mi inquietud precisamente se enfoca en eso: me pareció «fácil» hacerlo en una materia práctica, pero no estoy segura cómo resolverlo con otro tipo de materias. Es algo que quiero aprender…